Es que, en serio, no es posible ver esa serie sin que a uno le dé un "algo". Esa combinación de músculos, mugre, sangre y taparrabos que poco dejan a la imaginación.
Donde los full frontal están plenamente justificados "en pro de la calidad dramática de la trama"...
Con un Dustin Clare que me recuerda un tanto a Michael Fassbender en "300"...
Si es que hasta el malo malote está bien buenote.
E incluye la subtrama gay que con el tiempo se vuelve relevante...
Por supuesto, no se puede pasar por alto al anterior protagonista de la serie, Andy Whitfield, a quien los dioses del gimnasio tengan en su santa gloria...
Sin desmerecer en absoluto el trabajo (y sabrosura) de su sucesor, Liam McIntyre.
Ave César, los que van a morir (de orgasmo televisivo) te saludan.