jueves, 21 de febrero de 2013

Diría que no volveré a caer en el cliché de volverme a acordar de ti y sentir nostalgia, porque sé que en lo sucesivo así puede ser. La cosa es sobreponerme a ese sentimiento.

viernes, 8 de febrero de 2013

Galanes de antaño: Warren Beatty

Esta imagen, sin duda, es de "Bonnie and Clyde". Y con look prepo creo que se veía mejor =P
Woody Allen dijo alguna vez: "Quisiera reencarnar en las yemas de los dedos de Warren Beatty", haciendo alusión a la fama de éste como Don Juan. No sé si yo habría dicho lo mismo, pero de que no le decía que no, no le decía que no =P

lunes, 28 de enero de 2013

Niall McCann o "Animal Planet es taaaan educativo"...

Señoras y señores (más lo segundo), con ustedes, Niall McCann.


Aventurero, biólogo, explorador, TV host y lo que se le agregue en el camino. Con esa dosis de imprudencia y engreimiento que encontramos odiosa en Steve Irwin, pero que en este paquete es...digamos....aceptable. 

Muy aceptable, de hecho. 


Lo mismo no le importa revolcarse con serpientes en fango inmundo que trepar árboles al más puro estilo tarzanesco, todo con tal de presumir su físico  mostrar a los televidentes la fauna de lugares remotos y poco accesibles (para nosotros, que no nos patrocina un canal de televisión u_u).


Y mandó decir que si hay algún voluntario que le ayude a controlar su anaconda, por favor. 
¿Anaconda? ¿Cuál anaconda?


Nunca pensé decirlo, pero qué bueno que hay TV por cable aquí, jejeje. 


lunes, 10 de diciembre de 2012

Otra historia.


“Lo pensé, pero….”
Era toda la respuesta que 1 recibió de 2 en el celular ante su mensaje: “Date una escapada y ven a verme”. Lo había dicho medio en broma, medio con ganas inmensas de volver a verlo, traspasando el umbral de su puerta y recibirlo y hundirse otra vez en el olor de su cuerpo….cosas que su imaginación fértil le hacían soñar.
“Siempre fue muy metódico” es lo que pensó 1. Y era cierto. Tal vez por su formación de médico, o por la educación que recibió de sus padres, quién sabe. Lo cierto es que 2 nunca daba un paso sin antes haberlo pensado concienzudamente. No era dado a actos espontáneos ni a lo que llamamos “locuras”. Se reservaba los “te quiero” y, de hecho, nunca le dijo “te amo”, aunque 1 sabía (o quería creer) que así era. Sin embargo, lo que a 2 le faltaba de expresividad en palabras, le sobraba en actos. Había en su forma de abrazar a 1 una ternura, una urgencia no sólo de poseer, sino también de proteger, aunadas a un sentimiento profundo que 2 nunca se atrevió a sondear del todo, por temor a enfrentarse al hecho de que sí estaba enamorado de él. Habían desarrollado una química tal, no sólo en lo sexual, sino también en lo personal, que se sentían compenetrados a un nivel especial. Los encuentros sexuales, valga decir, eran sísmicos. Se combinaban en esos momentos el deseo del uno por el otro, la necesidad de darse y recibir cariño y la incertidumbre de que cada uno de esos momentos fuese el último, por lo que se esmeraban en gozarse mutuamente.
Ahora, separados tanto por la distancia como por el tiempo y sus respectivos compromisos, no sabían si se volvería a producir un encuentro. En el fondo, ambos lo querían. Pero sería cuestión de que uno de los dos diera el primer paso. De todas formas, 1 sabía que 2 siempre lo pensaría antes de atreverse a hacerlo…

martes, 4 de diciembre de 2012

Keep calm and...

Besa a tu amante apasionadamente porque saben que están rodeados por la policía, sin posibilidad de escape y que no saldrán vivos de ésta. 

jueves, 29 de noviembre de 2012

Otra breve.

Érase una vez un sexoso tan, pero tan hardcore, que le gustaba equivocarse sólo con la intención de volver, no con la cola entre las patas, sino con las patas entre la cola....

domingo, 11 de noviembre de 2012

Breve

Era otro de tantos encuentros entre 1 y 2. Otro de tantos en los que se besaban como si quisieran comerse el uno al otro, delirando ambos en desenfreno y suspiros interminables. Rodando por el suelo de esa habitación y murmurándose cosas al oído, entre afectivas y obscenas. Las manos de 1, inquietas, reconocían el terreno. A tientas, avanzando y retrocediendo, acariciando u oprimiendo. Sabía hacer algo que a 2 lo ponía al borde de la locura: rozar con las yemas de sus dedos su espalda. Una espalda amplia, fuerte, morena, de quien ha crecido realizando labores pesadas. 2 se crispaba al sentir ese roce recorriéndole desde la base del cuello hasta donde la espalda terminaba. Ahogaba un quejido y cerraba los ojos, mientras arremetía a besos contra 1 y se trababan en batallas de dormitorio que eran de antología. 
Ninguno de los dos lo había dicho, pero ambos sabían que ese sería el último encuentro, antes de que uno de ellos volviera con alguien más, con quien llevaba una relación intermitente, pero de muchos años. Muchas cosas quedarían sin decir entre ambos. 
Pasado el tiempo, 1 lo seguía recordando. Al principio con una inmensa nostalgia, después con la satisfacción de que lo que pasó entre ellos, sea lo que haya sido, fue bueno. Mientras duró. Sin embargo, cada vez que las yemas de sus dedos descendían por la espalda de alguien más, esperaba ver esa misma reacción que tiempo antes tanto le había encendido el deseo. Nunca la volvió a encontrar.