lunes, 31 de octubre de 2011

viernes, 28 de octubre de 2011

martes, 25 de octubre de 2011

Al Vapor.

Un amasijo de manos, brazos y piernas. Sudor a todo lo que da. N no piensa. Sólo fluye, cierra los ojos y se deja llevar por la situación. El güerillo sobre el que está sentado le acaricia la espalda, le muerde el cuello o le dice guarradas al oído. El otro güerillo (el flaco), tiene hasta el tope el miembro de N y es muy evidente que le está gustando la situación. Lascivia al por mayor. No se había sentido tan...tan...pues tan puto desde hacía mucho tiempo. Otros tantos en el sauna sólo contemplan la escena. Algunos se relamen, otros se tocan y tantos  más se manosean descaradamente. La mano derecha de N está ocupada gratificando a otro tipo, el de la sonrisa maliciosa que hacía unos minutos le había dicho en las regaderas "¿te enjabono?". Besos cargados de lujuria. La calentura ya no se debe a la temperatura del sauna. Otro tipo se acerca al trío, y entretiene al güerillo flaco con lo que tiene entre las piernas (por cierto, de considerables dimensiones). El recuerdo de Doc se disuelve en saliva....Al siguiente blowjob manda al diablo el remordimiento de conciencia. Lo que cuenta es el momento. Y en ese momento, N es la estrellita sexual de ese show. Es manoseado, penetrado, besado, lengüeteado...todo al por mayor. Los que están sentados en el extremo derecho del vapor lo miran de una manera tal que si la lujuria fuese dinero, serían millonarios. Desean estar en ese trasero. Y N lo sabe. Los mira, les sonríe y al final vuelve a cerrar los ojos mientras se concentra en el vaivén de tanta humanidad alrededor suyo. Ya no sabe quién es quién ni dónde está cada cosa. Pero de que está lleno, lo está...literalmente.
N pierde la noción del tiempo. Lo mismo cabalgó que fue cabalgado. Hace un recuento...el mamado de Torreón, el güerillo guapo, el "¿te enjabono?", el cara de niño, el güero flaco, el grandote bien dotado, el rasta (igual de bien dotado), el que le decía cochinadas en francés, el pseudomamado del bóxer negro, el genérico X que quería hacerlo bareback y se fue mucho a la chingada, el que tenía rasgos orientales, el del pito tipo Gonzo...Se siente exhausto, a la par de satisfecho. Doc continúa anquilosado en su memoria, pero ya no lo ve como un motivo de sufrimiento. Después de todo, el sexo con amor sigue siendo básicamente sexo.

lunes, 24 de octubre de 2011

jueves, 20 de octubre de 2011

Carta al amor de mi vida.

Te parecerá extraño que te escriba, siendo que aun no nos conocemos. Es más, resulta más extraño dado que, a estas alturas, no sé si un concepto tal como "amor de mi vida" exista realmente o sea tan sólo un invento de los poetas enloquecidos, los productores de chick flicks y los escritores de la Rosa de Guadalupe. Sin embargo, una parte de mí se niega a creer en esta segunda opción...
Estoy seguro que tu día fue pesado, pero productivo. Y probablemente te encuentres cenando. Quiero imaginarte disfrutando cada bocado, sintiendo el sabor de la comida (que, por supuesto, tú mismo has hecho porque te gusta cocinar). Pensando muy probablemente en lo que harás el día de mañana. Cómo te vestirás, de qué manera lidiarás con los problemas laborales y cómo no dejarás que el estrés te afecte. Tal vez más al rato te dispongas a leer. Por cierto, te recomiendo "El lobo estepario", de Herman Hesse, sólo para que al terminar de leerlo digas "no quiero ser como el protagonista".
Se dice que el verdadero amor no tiene que buscarse, que llega solo. Pues bien, no estoy seguro si el tiempo entre nosotros deba pasarse en una espera pasiva o en una búsqueda incesante. De lo que sí estoy seguro es de que cuando irrumpas en mi vida lo harás de manera impetuosa. Sí, impetuosa. No con fanfarrias, ni tampoco se escucharán arpas celestiales, ni el tiempo se detendrá ni la atmósfera se pondrá color de rosa. Pero sí habrá un antes y un después de conocerte. Me cimbrarás el suelo, me harás decir "este cuate sí vale la pena". Me dejarás con la inquietud de volver a verte. Y aunque no espero que yo te provoque la misma reacción a la primera, sí confío que con el tiempo llegues a sentir lo mismo. 
Soportaría tu humor ácido y me enfrascaría contigo en una guerrita de ingenios y sarcasmos. Me sentiría el más feliz al verte dormir a mi lado, aunque ronques como locomotora. Aceptaría que escucharas música que tal vez a mí me pareciese horrenda porque ¡qué diablos! así deben ser las relaciones de pareja ¿no? Creo que son las diferencias entre nosotros, más que los puntos en común, los que contribuyen a afianzar una relación, porque se aprende de lo que es diferente. No se aprende a tolerarlo como quien soporta estoicamente algo que le repele, sino que se acepta como parte del bagaje del otro, como un matiz que contribuye a su color completo. Claro está que tú tendrías que chutarte mis sobredosis de cursilería y contrarrestarlas con lo mucho de tu sentido común. No soy perfecto, no he sido el mejor ni el más santo, pero cuando te ame, será de manera intensa, sincera y exclusiva.
Por supuesto, escucharé atento lo que tengas que decirme. Y prometo poner interés cuando me cuentes hasta el detalle en apariencia más trivial del día. Así como cuando te cuente de mis viajes. Y de lo que veo y encuentro. ¿Sabes? No estaría de más que compartiésemos ese mismo espíritu de aventura, de gusto por lo nuevo y de incesante interés por curiosear. Sería genial compartir contigo muchas noches acampando, o el cansancio de una caminata pesada y larga o ver y experimentar una forma de vivir rústica pero apacible, y que al final pensara yo: "me hiciste el día". Y, que allá en lo recóndito de tu cabecita, tú también pienses lo mismo.
Corro el riesgo de idealizarte. Y a la idealización le sigue en consecuencia la desilusión. Así que antes de seguirte pintando en un panorama idílico, dejo mejor que sea la realidad quien se encargue de ponerme en mi aquí y en mi ahora. No por ello dejaré de desear que aparezcas. Y sé que lo harás. En su momento, ni antes ni después. Hasta ese día, entonces. Por hoy, descansa tranquilo.

jueves, 13 de octubre de 2011

Chocolates.

Cuando decía que me gustan los chocolates, al punto que alguien podría dominarme con tan solo mostrarme uno (exagero =P), también hacía alusión a ESTA clase de chocolates:

Djimon Hounsou

Tyrese Gibson

Taye Diggs...


Mehcad Brooks....

El infaltable Lenny Kravitz (aunque él es chocolate kosher, porque es mitad judío =P)



Modelo genérico X

lunes, 10 de octubre de 2011

-"Te amo".....
Una breve pausa, tras lo cual respondió, abrazándome:
-"Yo no lo voy a decir"....
Infinidad de ocasiones anteriores le había dicho lo mismo. No sólo decirlo porque sí, sino porque es lo que realmente siento por él. Siempre recibí mutismo, o una sonrisa acompañada de un abrazo al tiempo que me decía "mensote" al oído. Nunca se la he dicho con la intención de que me responda de manera similar. Eso también se lo había dicho antes. Me hace feliz sentir esto por él, porque me demuestra, al fin, que no soy una maquinita de sexomático. 
"Te quiero mucho, y lo sabes. Pero aquí tú eres el único que va a sufrir...." fue otra de sus frases. Y sí, lo sé, me quiere. Pero ya no sé qué pensar. El fantasma del ex, que ronda de continuo. No puedo culparlo por ello. Sería demasiado bitch de mi parte. Fueron 4 años con ese güey y es obvio que la herida aún sangra...Muchas veces antes me pregunté qué era lo que a mí me hacía falta para que me eligiera en vez de a él...no encontré la respuesta. Es más, creo que no la hay. Siempre han dicho que el que persevera alcanza. Pero ya no sé si perseverar o doblar las manos cuando la disposición del contrario está limitada. ¿O acaso estoy mal por ser vacilante?
Y ante mi pregunta de qué vamos a hacer entonces con esto, sólo me dijo "la decisión es tuya, yo quiero seguir viéndote, pero no quiero que te hagas daño". Quedamos como amigos, pero de verdad no sé cómo pensar, ni cómo sentirme. Quiero ser comprensivo, su apoyo más que una carga adicional, quiero verlo de nuevo. Pero también quisiera que no doliera tanto esta situación. Muchas cosas me pasan por la mente. Darle tiempo, alejarme por completo, ser sólo amigos, buscar, seguir buscando. Repaso frases: ya se me pasará, él se lo pierde, hay muchos más, ya llegará quien sí quiera...Y sin embargo, no puedo evitar el sentimiento de desilusión. Más que desilusión de él, desilusión de mí mismo, por haberme entusiasmado más de la cuenta. Pero bueno, había dicho que asumía el riesgo. Así que ni quejarse es bueno. Así es esto. Como cantaba la Winehouse: "me and my head high and my tears dry..." 
Por él, nada más que un inmenso cariño y nada menos que los mejores deseos. De aquí en adelante, nada ha de hacerme daño.

viernes, 7 de octubre de 2011

Just friends.

Aposté...perdí... Supongo que la experiencia me vuelve más sabihondo (o algo así). Pese a la sensación de pérdida, es seguro que también algo gané. Esto no termina aquí.