domingo, 28 de noviembre de 2010

sábado, 6 de noviembre de 2010

Hey, tú!!! Sí, tú!!!

No sé si hago bien o mal en decir esto. Sólo sé que no quiero que te quedes conmigo para siempre. Lo que quiero es que seas feliz en el tiempo que estemos juntos. Y, si de algo estoy seguro, es que quiero que sepas que te quiero. Y que salgas adelante y llegues a ser lo que quieres ser y encuentres todo lo que necesites hallar. Si estoy a tu lado cuando eso pase, me sentiré feliz por ti. Si no es así, también compartiré tu alegría.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Alma

Un 35 de mayo, en plena estación calurosa, un par de pepenadores del basurero a cielo abierto de Loma de Caballo, en las afueras de Villahermosa, hicieron un descubrimiento macabro. Dentro de una bolsa de plástico negro encontraron un cuerpo. Una mujer de aproximadamente 36 años de edad, morena, de corta estatura, delgada y de largo cabello negro, uñas pintadas de rojo y con el cuerpo cubierto de terribles golpes y otras huellas de tortura. Cuando llegaron los peritos forenses y la policía, se llevaron una sorpresa adicional. ELLA era, en realidad, ÉL. El cuerpo permaneció en el SEMEFO hasta que los familiares lo reclamaron esa misma semana. Al día siguiente del hallazgo, los diarios de nota roja, con sus acostumbrados encabezados faltos de toda sensibilidad y tacto, publicaban en primera plana: JOTICIDIO. No se sabía el móvil del crimen, así como tampoco se contaba con pistas que dieran con la identidad del o de los asesinos. Aunado a no contar con pistas, el MP dio carpetazo al asunto, alegando que se trataba de un crimen pasional. “Pleito de jotos por un pinche macho” fue lo que el comandante a cargo del caso concluyó. Y no se habló más del asunto. El incidente probablemente no habría tenido mayor trascendencia de no haber sido porque la víctima, Juan Felipe Chan (acorde al acta de nacimiento) o “Alma” (de acuerdo a sus convicciones y a todos los que le conocieron) había sido un importante personaje dentro del ámbito popular en la ciudad. Lo mismo se le veía impartiendo clases de cerámica en la casa de la cultura de su natal Tamulté de las Sabanas, que platicando animadamente con las señoras de la pozolería afuera de la catedral del Señor de Tabasco, o bailando hasta el cansancio en las fiestas del carnaval (del cual había sido elegida Reyna Gay por 2 años consecutivos).
Desde niño supo que lo suyo era ir contracorriente. En su comunidad natal alternaba el machete y el azadón con las labores domésticas y las "cosas de viejas", a decir de su papá. Sus propios hermanos se burlaban de él por sus modos poco propios de un "varón", y su padre le dio una soberana golpiza cuando lo encontró una vez jugando con sus primas a ser la ”Flor más bella de Tabasco”. Conforme crecía, las burlas y el rechazo incluso en el seno de su propia familia le orillaron a irse de casa a los 18 años. Se fue a la ciudad. Sin haber terminado la prepa, optó por diferentes recursos para sobrevivir. Desde meserear en los restaurantes del Malecón (de donde lo corrían poco después porque "daba mala imagen") hasta venderse afuera de los hoteles de paso en la calle Constitución o en los tugurios de mala muerte de la colonia Atasta. Fueron, sin duda, años muy difíciles. Enfrentado a la soledad impuesta por la misma sociedad, sólo hallaba algo de protección y aceptación entre sus similares del oficio. Y aun entre ellos eran frecuentes las envidias y las riñas.
Creativo a más no poder. Amaba el arte, la danza, diseñar, crear cosas. De lo que ganaba prostituyéndose en las noches fue haciéndose de materiales y equipo de costura y un torno de alfarero. Clientes no faltaban: camioneros urgidos, soldados en día franco, rancheros, albañiles, taxistas, policías corruptos, obreros, señores “de sociedad”. Despreciaba profundamente a quienes de día le hacían burla, pero de noche buscaban ávidos sus servicios. Por ello decidió ser congruente. Si se sentía mujer, actuaría y se vestiría como tal 24/7. Jamás escondiéndose. Y jamás rechazando al diferente.

Comenzó a tener notoriedad, de hecho no era la primera vez que los diarios publicaban algo suyo, primero porque caía frecuentemente en las razzias de la policía, después porque empezó a presentarse como parte de un show trasvesti que se llamaba “Las nenas con antena”, un espectáculo que, en sus propias palabras, “pasó con más pene que gloria”. Desde que se supo de su talento para el diseño, era frecuente que lo requirieran para la decoración de eventos sociales, para los carros y barcos alegóricos durante la Feria Estatal y para la escenografía de cuanto certamen de belleza local o puesta en escena se realizase.
De naturaleza apacible, sin embargo, era por momentos polémico, especialmente cuando se trataba de manifestar su desacuerdo en algo. Fue bien conocido el incidente en el que le gritó "PENDEJO!!" a Carlos Cuauhtémoc Sánchez durante una sesión de autógrafos que éste dio en el Sanborn´s de Plaza Olmeca. “Lo único que lamento es no haber llevado huevos podridos para lanzarle a ese idiota derechista” era lo que comentaba cada vez que le preguntaban al respecto. O su pleito en el Café de Los Portales con un diputadillo homofóbico quien no cesaba de lanzarle insultos y llamarle “mujerujo”. “Soy más hombre de lo que jamás serás tú, y más mujer de lo que jamás tendrás en tu pìnche vida” fue su respuesta, antes de propinarle tremendo puñetazo en la nariz que lo hizo rodar por el suelo. Detestaba, sin embargo, llegar a esos extremos. Si por algo quería ser recordado, era por su obra, no por esos incidentes.
Así como tuvo amigos, le sobraban personas que mostraban abierta antipatía. Por ello no se investigaron más a fondo las causas de su muerte. Meses después, el asesino se entregaría voluntariamente, jurando y perjurando que el fantasma de Alma llegaba en las noches a jalarle no los pies, sino los huevos. Se trataba de un vecino de la misma cuadra. El tipo confesó con lujo de detalles cómo, en compañía de otros dos cómplices, habían entrado en su casa en la madrugada, amagado a golpes y amordazado para llevarle a un rancho abandonado cerca del basurero, donde le torturaron hasta darle muerte. Al preguntársele la razón del asesinato el tipo afirmó que era para que confesara sus números de cuenta del banco y los sitios donde guardaba su dinero y joyas. Se le cuestionó por qué tanta saña y brutalidad para un simple robo. A lo que respondió: "Porque maricas repulsivos como él se merecen eso y más"......Luego se supo que había actuado en venganza por un desaire amoroso que ésta le había hecho. Fue encarcelado de por vida junto con los cómplices.

Para alguien que amaba la vida fue un final indeseable. ¿Son necesarias más "Almas" para que la sociedad cambie de una vez por todas esa actitud discriminatoria y violenta ante quien es diferente? La respuesta queda en el aire.