-Yo, Eleuterio Nepomuceno Blanco, quien siempre se ha declarado la persona más zen, cool, ecuánime, relajada y dueña de sí, esté en este momento hecho menos que mierda.
-Que nadie, mucho menos tú, sepa que he pasado noches llorando desde que te supe causa perdida.
-Que aun guardaba lo que planeaba regalarte en la próxima visita. Cosa que, por supuesto, ya no sucederá.
-Que existió una foto impresa de los dos, juntos, cuando creía que había una posibilidad. Y que esa foto la conservaba como una beata conservaría una reliquia de Juan Pablo II.
-Que la Papelera de Reciclaje se encargó de recibir todos esos recuerdos.
-Que hay muchos abrazos, muchos besos, mucho amor, empaquetados en una caja que dice "directo al Carajo".
-Que será cuestión de tiempo olvidarte.
-Que, por ende, no será fácil.
-Que digo esto no con rencor, que por el contrario me da gusto que te encuentres feliz ahora que volviste con tu anterior novio. Que te mereces toda la felicidad habida y por haber. Y que, por lo tanto, con lo mucho o poco de dignidad que me queda, me retiro.
-Que esta es la parte donde se indica que debo ser maduro y responsable y tragarme el dolor y no hacer dramas. Que al fin y al cabo, somos sólo amigos, decía José José.
-Que no sé si nos volveremos a ver. En otro tiempo y en otras circunstancias, tal vez. Y no aseguro que sienta lo mismo que ahora.
-Gracias por....
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