martes, 8 de marzo de 2011

Las Malqueridas

PRÓLOGO:
La vida puede compararse al trazo de una línea recta. Tiene un punto de origen, y fluye a través de una superficie. Durante su trayectoria es posible que se tope con otras líneas cuyo trazo también tuvo un origen y, ciertamente, un destino. Puede que confluyan de manera perpendicular, encontrándose tal vez en algún punto en particular y después separándose la una de la otra. O tal vez una línea se encuentre con otra y corran ambas de forma paralela, no se sabe si por breve o largo tiempo. Siempre una junto a la otra, pero sin unirse jamás. Hasta que, en un momento dado, puede que a una de las líneas (o a ambas) se les ocurra que ya está bien de ser línea recta y que ahora quieren ser curvas, por lo que también se alejan. O resulta que la línea se encuentra con un punto, y aunque son diferentes, descubren que son compatibles y que combinan muy bien. Es probable también que, por una circunstancia u otra, ciertas líneas pasen la mayor parte de su trayecto en solitario. Otras, en cambio, se unen en algún momento y no se separan jamás. Las posibilidades son inmensas. Como en todo, también hay malentendidos, o cierta clase de engaños. A veces las trayectorias de las líneas son engañosas, pretendiendo ir hacia un lado mientras señalan hacia otro. Y por último, muchas líneas pueden irse muy, muy chuecas. Afectando a otras en el proceso. Sobre eso algunas anécdotas posteriores.

No hay comentarios: