lunes, 12 de septiembre de 2011

El paso de los años.

A paso lento, la pareja camina por la acera de la amplia avenida de esa ciudad....Algunos voltean a verlos. La mayoría tal vez no repara demasiado tiempo en ellos. Otros, en cambio, muestran reacciones diversas. En algunos suscitan cierta ternura, en otros extrañeza, en otros simplemente burla y otros tantos (afortunadamente los menos) un abierto rechazo. Que dos ancianos se besen en la vía pública, a estas alturas del siglo XXI, aun provoca conflicto en las mentes moralinas de muchos. Que los dos ancianos besándose sean hombres raya, para algunos, en lo inaceptable.
Han sido más de 30 años los que llevan conviviendo juntos. Los vecinos cuchichean por lo bajo. Hacen referencia a ellos diciendo que "son amigos de atrás tiempo", aunque entre ellos son simplemente "dos jotos arrugados". La pareja permanece inmutable, indiferente, ante las reacciones de la gente que los ve pasar, de la mano, todos los días por esa misma acera.
Muchas han sido las cosas que tuvieron que pasar para llegar a donde están. La carga de prejuicios y discriminación que en sus años de juventud existía. Los celos de uno, las aventuras del otro. Los caminos que, en un principio parecían diverger y que, con el paso del tiempo, convergieron. Y cuando se juntaron, fue para ya no separarse.
Habían pasado ya esa etapa de buscar en otras personas lo que bien encontraban entre ellos dos. Cuando pasa el desenfreno sexual, pero queda el sentimiento recíproco sobre el cual se fundamenta esa relación, entonces podría decirse que habían obtenido lo esencial. No era por acostumbrarse el uno al otro el hecho de que no buscaran en alguien más lo que podría hacerles falta, era porque no necesitaban más de lo que se daban mutuamente. Y así, aprendieron a sentirse felices uno en compañía del otro, durante todo ese tiempo.
Y si bien el vigor sexual tenía mucho que se había ido, quedaba algo en ellos que es tal vez mucho más importante. Aquello que acostumbramos llamar "amor". Y nadie, absolutamente nadie, podría arrebatarles ese logro. Y es así como, todos los días, la pareja pasaba caminando lentamente por esa avenida y se perdía al doblar la siguiente cuadra.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Quiero creer que esto es real, que puede ser real…que en algún lugar es real.

Sergio DS dijo...

Me parece maravillo que dos ancianos, sea lo que sea, se besen expresando su amor maduro. Cuando sea pellejo espero que también me miren perplejos.